lunes, febrero 01, 2016



Oscuridad.
De cuando en cuando te escondes en mi.
De cuando en cuando me refugio en vos.
Nos mezclamos.
Nos amamos.
Nos odiamos.
Compartimos el frenesi y sus besos de licor
pariendo recuerdos suicidas.

Construimos noches infinitas
porque ocho horas de nocturnidad terminaron por quedarnos chicas.
Dormir es detenerse, y para detenerse ya está la muerte.
Levantamos las copas al sol recalcitrante y brindamos
Que bien se siente vencer al amanecer.
Porque en su derrota morimos viviendo.

Tragarse las estrellas, da resaca, lo sabemos.
Pero que delicia.
Lo mágico, lo apasionante, 
lo misterioso de las madrugadas
es que algunas cosas
solo pueden verse
en la más profunda oscuridad.




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