Otra vez apestado de estos sueños de magnicidio.
Coléricos, efervescentes, paridos de la indignación.
De nuevo las ansias de matarlos de inanición
y que griten del dolor de tripa.
Que una plaga de discursos vacios les rompa las esperanzas.
Que se atraganten de mentiras, números y estadísticas.
Que vomiten poder hasta la bilis.
Que su traje más refinado se arruine con su propio crobo.
Que mueran de un ajuste violento y (no tan) casual, de corbata o bolsillo.
Que mis sueños sean su más cruel pesadilla.
Que en su agonía, mi sonrisa de piedra sea lo último que vean.
Como nosotros vemos las suyas en la nuestra.
1 visiones:
como si esta bien marcada esa linea entre nosotros y ellos
que bueno asi sabemos contra quien peleamos
abrazo camarada
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