
Que las olas se lleven los días negros; que me traigan días violentamente vibrantes y desconocidos. Que mis pasos en la arena sean la sabiduría de mis errores y la intensidad de las noches del ayer. Que la sal de mis lágrimas se pierda en tu cuerpo. Que el estar bajo un sol lejano le saque brillo a lo más cercano, que la distancia sea el arte de valorar, que el amor sea más amor por cada kilómetro.
Te invito a invitarme a adentrarme en el desafío de ser de cielo, de viento y de mar a la vez...