viernes, diciembre 19, 2008



Tan feliz era yo así. Solo, encerrado, sin necesidad de moverme, y hasta la comida venía a mi, yo no tenía que ir a ella ni salir a ganarmela. Pero el tiempo todo lo puede, y en mi lucha por permanecer en ese ídilico lugar, mi fiel amiga la derrota se hacía me daba su tarjeta. Fue así como salí expulsado a este maldito lugar al que llaman mundo.


El mismo tiempo que me obligó a dejar mi verdadero hogar me fue transformando. Aprendí a caminar para así llegar a los lugares que yo quisiera; aprendí a hablar, para así poder relacionarme con todos los demás, y demás cosas calificadas como necesarias para el común denominador de la gente, acciones que más tarde serían superfluas en mi vida.


Empecé jardín, descubrí los colores, aprendía a leer y a escribir. Fui a la escuela. Me topé con los primeros amores. Tantos sueños con mis compañeritas, tantos juegos con mis compañeritos. Disfrutaba tanto del helado de mi inocencia. Pero un día se derritió, y todo lo que yo especulaba de nene se distorsionó. Descubrí que las rosas tenian espinas, que el amor no siempre era lindo, y que las personas no eran todas buenas.


Cada tropiezo en mi vida terminaba por abrirme cada vez mas los ojos, a tal punto de descubrir el interior de la gente, y solamente veía negros y grises. Mi confianza empezó a ser lentamente fusilada por cada persona a mi alrededor. Lejos quedó la utopía de mi primera comunión, al darme cuenta de lo que realmente era la religión. Los soldaditos dejaron de ser un juego, para pasar a ser un cuento de terror, y a tener sangre adentro, en vez de plomo.Percibi injusticias de todo tipo y color. Vi a gente morir solamente por tratar de ser mas flaca, vi a gente falleciendo de hambre, vi asesinos frente a mis narices. Vi bronca, intolerancia, infidelidad, falta de lealtad. Vi mentiras, vi crueldades, vi que las enfermedades muchas veces eran provocadas por los mismos laboratorios, vi lucrar mugre, vi corrupcion, y nunca vi soluciones. En mi mente hacían ignicion todos los libros de fantasía que mi mamá alguna vez me había leído. Y ese mundo tan vasto que me recibió alguna vez, empezó a hacerse cada vez más pequeño, al punto de sofocarme más y más.


Hasta que un día me sentí estrangulado por mi contexto. Me sentí totalmente intruso, parado en el medio de un lugar en el que no solamente me sentía incomodo, sino que perfectamente pudo haber sido diseñado para terminar conmigo (al día de hoy pienso que el arquitecto de todo esto está ensañado con mi persona) Observaba y entendía que vivía una vida que no había sido planeada para mi. No podía hacer lo que todos hacían, me invadía una insoportable sensación de inutilidad que trataba de palear con toda mi alma, pero sin poder hacerlo. Lo que no me gustaba, le gustaba a todos; y lo que me gustaba, no le gustaba a nadie y era considerado "anormal". La intolerancia fue mi verdugo predilecto. La gente insitía en querer ayudarme, sin saber que yo no tenía un problema, sino que simplemente tenía otros gustos, otros valores, pero en estos tiempos, ser distinto suena a patología.


Y me fui cerrando, cada vez mas en mi mismo. Cada vez hablaba con menos gente, porque, o no me entendían, o me defraudaban. Terminé con un solo amigo, al que considero mi mejor amigo y enemigo a la vez; al que solamente veo cuando me reflejo en el espejo. Me la paso hablando en silencio. Dificilmente escucho mi voz. Así como alguna vez desarrollé mi capacidad de sociabilizar, la fui perdiendo por abandono . Prefiero la oscuridad a la luz. La soledad a la multitud. Mamé la intolerancia, y como nunca me entendieron, ahora yo no entiendo a nadie. Empecé a construir una especie de odio hacia todo, y como el odio engendra odio, son muy pocas las cosas de mi agrado..Soy un espiral consumiendose lentamente.


La ciudad debe ser muy distinta desde la última vez que la vi, pero no me interesa. No me interesa nada, mas que sobrevivir. Me tocó vivir acá y tengo que aguantar. Mientras espero...espero volver a mi estado natural, solo, a obscuras, espero eso a lo que todos le tienen miedo, y que para mi, no es mas que el paraíso prometido.. y estoy contento, porque se que tarde o temprano llega...


No se, estuve leyendo sobre el tema, y por un rato me puse en el lugar de alguien así. Seguramente debo estar muy lejos porque nunca lo viví, pero intenté recrearme a mi mismo el otro lado de la moneda. Igual, algunas cosas suenan familiares no?

5 visiones:

Prisss dijo...

Si, algunas cosas suenan familiares.
Menos el odio...
Saludos Pichi!

vicky dijo...

síí,buenísimo la verdad!!!!las palabras no son mías,las tomé prestadas de Eduardo Galeano.un beso!

Julián dijo...

buenisimo eso pichi... es muy lindo... una frase me quedo dando vueltas
"y como nunca me entendieron, ahora yo no entiendo a nadie"

tendria que ser al reves al ver como nadie lo entendia, aprender de eso para poder entenderlos...pero, es muy lindo el texto, me gusto.

Nico dijo...

ya lo hablamos anoche, ahora lo leo... en fin, todo al reves hacemos

Sofi ♪♫ dijo...

Esperá, ¿eso no lo escribí yo? :)
Nada más.