martes, diciembre 13, 2011

A Roberto le chorreaba orgullo de los poros cada vez que hablaba con sus hijos de sus abuelos Italianos. Les contaba la odisea de tener que abandonar su tierra, huir de la miseria, de la desazón y de las demás pestes que paría la guerra. Relataba al borde de las lágrimas como sus antepasados ultrajaban sus manos y sus almas trabajando en un lugar desconocido. y de la grandeza de hacer crecer un país que no era el suyo, pero que los había acogido tras un semblante de libertad y hermandad. De como tuvieron que dejar todo atrás para poder ganarse el pan, de las paupérrimas condiciones en las que vivían, hacinados en conventillos y pensiones mugrientas hasta que, por fin, podían salir adelante.


No se sabe si alguna fuerza (sobre)natural o qué persigue a Roberto, o quizás sea algún poder de su sillón que lo convierte en experto en todo. El asunto es que no puede evitar utilizar una de sus frases de cabecera cada vez que observa en el televisor alguna protesta o marcha por algún reclamo : "¡Bolivianos y peruanos de mierda, nos vienen a robar el trabajo a nosotros! ¡váyanse a trabajar a su pais!" grita ofuscado, con la misma algarabía con la que habla de sus abuelos.





"Que las fronteras geográficas no descuarticen a la dignidad en partes desiguales..."

2 visiones:

Unknown dijo...

Espero que continúe con su otro blog Pichi, está interesante también
P.D..- Digno de un post su último comentario jajajja
Saludos!

reptilio dijo...

recuerdo alguna vez en un concierto del BBK cuando menciono que no hay que vernos separados por los paises, vivimos en diferentes ciudades, pero compartimos todo

Abrazo men